
Hoy voy hablaros de una leyenda japonesa donde el amor, la amistad, la honestidad y sobretodo la fidelidad premian sobre todas las cosas, algo bastante inaudito hoy en dia, ya que tarde o temprano cualquier persona que no esperas nunca que lo haga te defraudará.... pero centremonos en esta leyenda en cuestión.
Desde inicios de la década de los 30, una historia procedente de Tokio acerca de un leal perro de raza Akita, de nombre Hachiko, es parte substancial del folklore japonés. Tanto es así que se han llegado a erigir tres estatuas de bronce del perro diseminadas a lo largo del pais, una de ellas se convertido en el punto de encuentro más famoso de la capital: "Chuken Hachiko" (salida Hachi) en la estación de tren Shibuya.
Pero centrémonos más en lo que fue la historial real y no en magnificar su leyenda, ya que es tanto o más asombrosa su realidad, en 1924, Hachiko fue llevado a tokio por su dueño, Hidesamuro Ueno, un profesor del departamente de agricultura en la universidad de Tokio. Alo largo de su vida con el amo, Hachiko le despedía desde la puerta de su casa y le recibía al final de la jornada en la estación de tren Shibuya, próxima al hogar de Parker. Ambos siguieron con esta rutina diraria hasta mayo de 1925, cuando, una tarde, Ueno no regresó en el tren habitual. Aquel día, el profesor habia sufrido una apoplegía en la universidad. Habia fallecido, y jamás regresó a la estación de tren, donde su amigo estaba esperandole.
Tras la muerte de su amo, Hachiko fue regalado, sin embargo, se escapaba sistemáticamente para presentarse una vez y otra en su antiguo hogar. Pasado un tiempo, Hachi aparentemente dio muestras de comprender que el profesor Ueno ya no vivia en la casa. De tal modo que comenzó a buscarle en la estación de tren, a donde le había acompañado en tantas ocasiones. Cada día, Hachiko estuvo esperando el regreso de Ueno. Y cada día no veía a su amigo entre los pasajeros de la estación que regresaban de sus trabajos. La permanente imagen de Hachiko en la estación de tren atrajo la atención de los pasajeros. Muchas de las personas que frecuenciaban la estación de tren Shibuya había visto juntos cada día a Hachi y al profesor Ueno. Dándose cuenta de que Hachiko permanecía en vigilia por su difunto amo, sintieron conmoverse. En su espera, Hachi era obsequiado con detalles diversos y comida para nutrirlo durante la espera.
Así estuvo durante 10 años, en los que Hachiko sólo aparecía al atardecer, precisamente cuando el tren estaba previsto llegara a la estación.
Aquel mismo año, uno de los antiguos alumnos de Ueno que se había convertido algo así como un experto en Akitas vio al perro en la estación, y le siguió a la casa, donde se enteró de la historia acerca de la vida de Hachiko. Poco tiempo después de este encuentro, aquel antiguo alumno publicó un documento censo de los Akitas de Japón. Su investigación le llevó al dato de la existencia de tan solo 30 Akitas de pura raza, entre ellos, Hachiko en la estación de Shibuya.
Aquel antiguo alumno de Ueno regresó con frecuencia a la casa del profesor para visitar al perro, y con los años, publicó varios artículos acerca de la increible fidelidad de Hachiko. En 1932, uno de esos artículos se publicó en el periódico de Tokio, hizo que aquel perro atrajera la atención internacional. Hachiko se convritió en una celebridad nacional. La fidelidad a la memoria de su amo impresionó a la gente de Japón, que la entendió dentre de un espíritu de lealtad a la familia que todos debieran esforzarse por lograr. Profesores y padres usaron esa vigilia de Hachiko como ejemplo que todos los hijos debieran imitar. Un artista japonés de renombre hizo una escultura del perro, y a través de todo el país se generó una nueva conciencia en torno a la crianza de los Akita.
En abril de 1934, una estatua de bronce de gran parecido se erigió en la estación de Shibuya, y el mismisimo Hachiko estuvo presente en la inaguración. Hachiko murió el 8 de marzo de 1935. La estatua se recicló como contribución para la 2º Guerra Mundial. Pero Hachiko no fue olvidado y en 1948, la Sociedad para la recreación de la estatua de Hachiko encargó a Takeshi Ando, hijo de primer artista, quien habia ya fallecido, para que creara una segunda estatua. La nueva obra, todavía permanece y es un punto de encuentro extremadamente famoso. La entrada a la estación, próximo a la ubicación de la estatua, recibió el nombre de "Hachiko-guchi", (acceso a Hachiko) y es una de las 5 puertas de la estación de Shibuya Station.
Una estatua de características similares está en la ciudad natal de Hachiko, delante de la estación Odate Station. En 2004, ante el Museo del perro Akita de Odate, se levantó una nueva estatua de Hachiko sobre el pedestal de piedra original que estaba la estación de Shibuya.
Tan solo cabe añadir que los americanos han hecho una adaptación de esta precionsa historia, sin desmerecer la película pienso que hay que saber cuales son realmente sus origenes para su mejor comprensión por eso he querido narrarla aquí en mis post aprovechando su estreno este viernes.